lunes, 26 de diciembre de 2011

Paola de la Cruz

Es la música una de las asignaturas pendientes de la enseñanza en España. Recuerdo que en el colegio no la dimos nunca. La gente, en cambio, creo que la considera algo muy importante. Es más, podríamos decir que las personas en España se toman muy en serio qué tipo de música escuchan. Algo así como ser del Madrid o del Barça, o del Atleti. Es algo que define. Así, bien escoge el chimichanga en una conversación el grupo que dice escuchar aunque no sepa muy bien ni de qué está hablando.
Yo en este tema, precisamente, soy un poco raro. Cuando era adolescente y pre-adulto me dio por una banda a la que todo el mundo decía admirar, pero que nadie escuchaba, como bien sabe mi amigo Tuti. Verbi gracia: Dire Straits. Como ya he comentado en otro post (como diría mi adorado don Fermín) la música que solíamos escuchar en los ochenta, la famosa movida, siempre me resultó vomitiva. Ahora, aunque parezca extraño, solo me gustan, con honrosas excepciones, los grupos metal y algunas cantantes.
Alguno dirá: "oye, es que Alejandro Sanz canta muy bien". Hombre, yo qué queréis que os diga, esto es como lo de "Latinoamerica", que de tanto repetirlo todo el mundo lo dice, en vez de Hispanoamérica como sería lo normal. La verdad es que tipos como Alejandro Sanz no hay quien los aguante. Y otros que en España, por ejemplo, hacen unas canciones de lo más tradicional dentro del pop y lo disfrazan con una estética macarra, no me interesan mucho.
Pero hablaba antes de voces femeninas: Nena Daconte, Sónia Tavares (The Gift), Merche, Carminho, Edurne, Tamara, Marisa Liz (Amor electro) y Vega son intérpretes y autoras de una calidad que jamás hubieran soñado los artistas de los ochenta y noventa. De Virginia Labuat no es necesario hablar: allá dónde actúa sorprende a propios y extraños y ya se ha convertido en una cantante de culto. No se me olvida mi alumna Guadiana que tiene una voz impresionante y que ha triunfado en todos los programas de televisión en los que ha participado.
Con todo, las canciones que más me gustan son unas grabaciones caseras de una joven aficionada. Cada vez que las escucho pienso que si esta niña fuera hija de Rocío Durcal o de Paco de Lucía nos caerían sus discos de los árboles. Se llama Paola de la Cruz y es la caña. Soy su fan número uno.



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